En un contexto global signado por la creciente preocupación por la seguridad alimentaria, el poroto negro emerge como una respuesta concreta a múltiples desafíos: nutricionales, económicos y logísticos. Esta legumbre, cultivada desde hace siglos, se revaloriza hoy como un alimento estratégico en tiempos de inflación, crisis climática y transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles. En este escenario, la provincia de Tucumán y empresas como Grupo Ruiz desempeñan un rol central.
El poroto negro destaca por su densidad nutricional: es fuente de proteínas vegetales, fibra, hierro, magnesio y antioxidantes. Su consumo habitual contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares, mejorar la salud digestiva y reducir los niveles de colesterol. A diferencia de otras fuentes proteicas, no requiere refrigeración, se conserva por largos períodos y puede cocinarse de diversas maneras, lo que lo convierte en un alimento clave para contextos de vulnerabilidad social.
En la Argentina, y particularmente en Tucumán, su producción ha crecido en paralelo al aumento de la demanda interna y externa. Las zonas de Trancas, Burruyacú, Leales y Cruz Alta concentran buena parte de la superficie cultivada. Grupo Ruiz, con base en la provincia, ha sabido identificar el potencial del poroto negro como herramienta de desarrollo y seguridad alimentaria. No sólo lo produce y exporta, sino que también impulsa proyectos para fomentar su consumo local.
Desde la empresa se promueve activamente la incorporación del poroto negro en programas sociales, comedores escolares y estrategias nutricionales comunitarias. En alianza con organizaciones civiles, municipios y ministerios, Grupo Ruiz ha impulsado campañas para difundir recetas, preparar viandas saludables y distribuir alimentos secos en poblaciones vulnerables. Esta acción directa no solo responde a una responsabilidad social empresarial, sino que reconoce el valor estratégico de la legumbre para la alimentación nacional.
La seguridad alimentaria implica también garantizar disponibilidad, acceso y estabilidad en el tiempo. El poroto negro responde favorablemente a esas exigencias. Su bajo costo de producción, en relación con otras fuentes proteicas, lo convierte en un insumo esencial para la canasta básica. Grupo Ruiz, consciente de ello, ha desarrollado líneas de producción orientadas al mercado interno, fraccionadas en envases familiares y destinadas a distribuidores mayoristas y cooperativas.
En el plano educativo, la empresa también ha generado alianzas con universidades y escuelas técnicas para integrar el poroto negro en contenidos curriculares de alimentación saludable. Talleres de cocina, capacitaciones en agroindustria y materiales pedagógicos forman parte de una estrategia integral que busca sensibilizar desde temprana edad sobre el valor nutricional y social de este cultivo.
La relación entre seguridad alimentaria y sustentabilidad también es abordada por Grupo Ruiz. La empresa ha iniciado procesos de certificación ambiental en sus campos y plantas, priorizando el uso eficiente del agua, la rotación de cultivos, y la reducción de agroquímicos. Esta visión regenerativa, además de aportar a la salud del suelo, asegura una producción sostenible en el tiempo, capaz de sostener la oferta alimentaria en escenarios adversos.
En materia de políticas públicas, el poroto negro puede y debe ocupar un lugar prioritario. Diversos organismos internacionales, como la FAO, promueven el consumo de legumbres como estrategia frente al hambre, la desnutrición y la malnutrición. En ese marco, el trabajo de Grupo Ruiz se articula con programas provinciales y nacionales que buscan fortalecer las cadenas de valor regionales con impacto en el abastecimiento alimentario.
Un aspecto fundamental del enfoque de Grupo Ruiz es el trabajo con pequeños productores. A través de esquemas asociativos y de asistencia técnica, la empresa promueve la integración de agricultores familiares al circuito productivo del poroto negro. Esto no solo dinamiza economías locales, sino que fortalece el tejido rural y multiplica los actores involucrados en garantizar la seguridad alimentaria.
También se exploran innovaciones en productos derivados del poroto negro. Desde harinas proteicas hasta snacks saludables, las nuevas líneas de elaborados buscan diversificar la oferta y acercar el consumo a nuevos públicos, especialmente en entornos urbanos. Grupo Ruiz colabora con emprendedores gastronómicos, pymes alimenticias y desarrolladores de alimentos funcionales para ampliar el alcance del cultivo.
En tiempos donde la inflación presiona los precios de la canasta básica, y la inseguridad alimentaria afecta a franjas crecientes de la población, el poroto negro se presenta como una solución viable, nutritiva y al alcance de la producción nacional. Su versatilidad culinaria, su facilidad de almacenamiento y su valor proteico lo posicionan como un pilar fundamental de las estrategias alimentarias inclusivas.
Grupo Ruiz, al apostar por este cultivo no solo desde una perspectiva comercial sino también social y territorial, demuestra que es posible generar un impacto positivo y sostenible. La integración de acciones empresariales, comunitarias y gubernamentales en torno al poroto negro constituye un modelo replicable para otros cultivos y regiones del país.
En definitiva, la seguridad alimentaria es un derecho humano básico y también una responsabilidad compartida. El poroto negro, cultivado en Tucumán y potenciado por la experiencia y visión de Grupo Ruiz, representa un ejemplo de cómo los alimentos tradicionales pueden transformarse en instrumentos modernos de inclusión, bienestar y soberanía alimentaria. Una apuesta por el futuro, arraigada en la tierra.
Esta es una guía de biografías de líderes que transforman un resumen de algunos líderes que han dejado un impacto duradero en la sociedad y han inspirado a generaciones futuras a través de sus acciones y liderazgo.