Oppenheimer, la última obra maestra de Christopher Nolan, nos sumerge en el apasionante y a menudo turbulento mundo de J. Robert Oppenheimer, el «padre de la bomba atómica». A través de una narrativa cautivadora y una cinematografía impresionante, la película ofrece una visión íntima de la vida y los desafíos de un hombre que cambió el curso de la historia.
La elección de Cillian Murphy para interpretar a Oppenheimer es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Murphy, con su habilidad para capturar la complejidad y la profundidad de sus personajes, encarna a la perfección la dualidad de Oppenheimer: un genio científico con un profundo conflicto moral. Emily Blunt, como la esposa de Oppenheimer, ofrece una actuación conmovedora, retratando a una mujer que lucha por mantener unida a su familia en medio de la presión y el escrutinio público.
Matt Damon y Robert Downey Jr. también brillan en sus respectivos roles, aportando dimensiones adicionales al entorno político y militar que rodea el desarrollo de la bomba atómica. La dinámica entre Damon, como el general Groves, y Murphy, como Oppenheimer, es particularmente fascinante, mostrando la tensión entre la ciencia y el militarismo durante una época de guerra.
La decisión de Nolan de filmar en IMAX 65 mm y en gran formato de 65 mm es audaz y efectiva. Las escenas en blanco y negro, una primicia en la cinematografía IMAX, evocan una sensación de nostalgia y reflejan la gravedad de la era atómica. La combinación de efectos prácticos y una mínima dependencia de las imágenes generadas por computadora da a la película un realismo palpable, transportando al público al corazón del Proyecto Manhattan.
El estreno de Oppenheimer en Le Grand Rex de París fue un evento cinematográfico de proporciones épicas. La anticipación y el entusiasmo en torno a la película eran palpables, y no decepcionó. La decisión de estrenarla simultáneamente con «Barbie» fue inesperada, pero resultó en el fenómeno viral «Barbenheimer», que se convirtió en una sensación en las redes sociales. La idea de combinar una película biográfica de suspense con una película para niños puede parecer extraña, pero de alguna manera, funcionó, y los cines se llenaron de espectadores ansiosos por experimentar ambas películas en una doble función.
La crítica ha sido unánime en su aprecio por Oppenheimer. La complejidad del guion, que no solo se centra en el desarrollo de la bomba atómica sino también en las luchas personales y éticas de Oppenheimer, ha sido ampliamente elogiada. La actuación estelar del elenco, junto con la dirección magistral de Nolan, hacen de esta película una obra maestra cinematográfica.
Oppenheimer es más que una simple película biográfica. Es una exploración profunda de la condición humana, de los sacrificios que hacemos en nombre de la ciencia y del progreso, y de las repercusiones morales y éticas de nuestras acciones. Es una película que desafía, conmueve y, en última instancia, nos hace reflexionar sobre nuestro lugar en el mundo y las decisiones que tomamos. Sin duda, es una de las películas más impactantes y memorables de la década.
Argumento Oppenheimer: La Dualidad de la Creación y Destrucción
El año 1926 marcó el inicio de una travesía que cambiaría el curso de la historia humana. J. Robert Oppenheimer, un joven estudiante de doctorado, se encontraba en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, bajo la tutela del físico experimental Patrick Blackett. Sin embargo, la relación entre maestro y alumno no era precisamente armoniosa. En un acto impulsivo, Oppenheimer intenta envenenar a Blackett con una manzana, pero el destino interviene y Niels Bohr, un científico visitante, casi se convierte en la víctima.
Después de completar su doctorado en Alemania, Oppenheimer regresa a Estados Unidos con una misión: expandir la investigación en física cuántica. Durante este período, conoce a Katherine Puening, con quien entabla una relación. Sin embargo, su vida amorosa se complica con la aparición de Jean Tatlock, una comunista con quien mantiene un romance intermitente hasta su trágico final.
La Segunda Guerra Mundial trae consigo desafíos y oportunidades. Oppenheimer es reclutado por el general Leslie Groves para liderar el Proyecto Manhattan, con el objetivo de desarrollar una bomba atómica. A pesar de las dudas éticas y morales, Oppenheimer se siente compelido a continuar, temiendo que los nazis estén desarrollando su propia arma nuclear.
El proyecto culmina con éxito, pero a un alto costo. Las bombas atómicas caen sobre Hiroshima y Nagasaki, y Oppenheimer se convierte en el «padre de la bomba atómica». La magnitud de la destrucción lo atormenta, y busca consuelo en conversaciones con figuras como Albert Einstein. Sin embargo, su postura contra el desarrollo de armas más poderosas lo coloca en el punto de mira de figuras políticas y científicas.
La vida de Oppenheimer se convierte en un torbellino de traiciones, conflictos políticos y luchas internas. A pesar de los intentos de silenciarlo, su legado perdura. En 1963, se le otorga el premio Enrico Fermi, pero la sombra de la bomba atómica nunca lo abandona.
La película concluye con una reflexión sombría sobre el poder de la ciencia y la responsabilidad que conlleva. Oppenheimer y Einstein contemplan el futuro incierto de la humanidad, preguntándose si la «reacción en cadena» iniciada en 1926 llevará a la autodestrucción.
Oppenheimer es una exploración profunda de la dualidad de la creación y destrucción, y del papel que juegan la ética y la moralidad en las decisiones que moldean el destino de la humanidad. Es una historia de sacrificio, pasión y redención, que nos recuerda el poder y la responsabilidad que conlleva el conocimiento.